Siempre he dicho que la actual ley electoral española es una "basura infecta" que fomenta claramente la corrupción y siempre pongo el mismo ejemplo para demostrarlo.
Imaginemos que se celebran elecciones locales en cualquier pueblo de España al que le corresponden 9 concejales. Se celebran las elecciones y el resultado es el siguiente: 4 concejales el PP, 4 el PSOE y uno de cualquier formación política minoritaria. Pues bien, este último concejal, además de llenarse los bolsillos, es el que pone o quita alcalde a su antojo. Este ejemplo es perfectamente valido para cualquier Comunidad Autónoma e incluso para el Congreso de los Diputados.
No es de recibo que en Cantabria, por poner un ejemplo, que Miguel Ángel Revilla haya gobernado durante dos legislaturas sin haber ganado nunca unas elecciones. Tampoco es de recibo que el voto de un ciudadano catalán o vasco valga mas que el voto de un ciudadano de Cantabria, Burgos, León, Cuenca etc. etc.
Tampoco es, ni medio normal, que partidos políticos que se declaran abiertamente como "independentistas" como CIU, ERC, Bildu etc. etc., tengan poder de decisión en la política nacional.
Con una ley electoral al estilo francés (segunda vuelta), se acababa con todo este cachondeo de un plumazo y los ciudadanos no tendríamos que padecer situaciones totalmente absurdas como las que se están viviendo en Andalucía. Ya se habría celebrado la segunda votación, los ciudadanos andaluces habrían escogido entre el PSOE y el PP, los dos partidos mas votados en primera vuelta, y el ganador sería el encargado de gobernar durante los próximos 4 años.
Estoy convencido de que en España, si queremos acabar con la corrupción, lo primero que hay que hacer es cambiar la ley electoral y suprimir cualquier tipo de aforamiento.
1º.- Cambiar la ley electoral para evitar que haya personajes que, gane quien gane, sigan trincando de la política durante toda su vida. En el Reino Unido se acaban de celebrar elecciones y, el mismo día, han dimitido tres candidatos mientras en España personajes como Rosa Diéz, Revilla, Llamazares y un larguísimo etc., jamás han ganado unas elecciones y se jubilarán viviendo de la política.
2º.- Suprimir todo tipo de aforamiento para que los que metan la mano en la caja sean juzgados como cualquier otro ciudadano e incluso con mayor dureza.
Imaginemos que se celebran elecciones locales en cualquier pueblo de España al que le corresponden 9 concejales. Se celebran las elecciones y el resultado es el siguiente: 4 concejales el PP, 4 el PSOE y uno de cualquier formación política minoritaria. Pues bien, este último concejal, además de llenarse los bolsillos, es el que pone o quita alcalde a su antojo. Este ejemplo es perfectamente valido para cualquier Comunidad Autónoma e incluso para el Congreso de los Diputados.
No es de recibo que en Cantabria, por poner un ejemplo, que Miguel Ángel Revilla haya gobernado durante dos legislaturas sin haber ganado nunca unas elecciones. Tampoco es de recibo que el voto de un ciudadano catalán o vasco valga mas que el voto de un ciudadano de Cantabria, Burgos, León, Cuenca etc. etc.
Tampoco es, ni medio normal, que partidos políticos que se declaran abiertamente como "independentistas" como CIU, ERC, Bildu etc. etc., tengan poder de decisión en la política nacional.
Con una ley electoral al estilo francés (segunda vuelta), se acababa con todo este cachondeo de un plumazo y los ciudadanos no tendríamos que padecer situaciones totalmente absurdas como las que se están viviendo en Andalucía. Ya se habría celebrado la segunda votación, los ciudadanos andaluces habrían escogido entre el PSOE y el PP, los dos partidos mas votados en primera vuelta, y el ganador sería el encargado de gobernar durante los próximos 4 años.
Estoy convencido de que en España, si queremos acabar con la corrupción, lo primero que hay que hacer es cambiar la ley electoral y suprimir cualquier tipo de aforamiento.
1º.- Cambiar la ley electoral para evitar que haya personajes que, gane quien gane, sigan trincando de la política durante toda su vida. En el Reino Unido se acaban de celebrar elecciones y, el mismo día, han dimitido tres candidatos mientras en España personajes como Rosa Diéz, Revilla, Llamazares y un larguísimo etc., jamás han ganado unas elecciones y se jubilarán viviendo de la política.
2º.- Suprimir todo tipo de aforamiento para que los que metan la mano en la caja sean juzgados como cualquier otro ciudadano e incluso con mayor dureza.
¿Se jubilarán viviendo de la política? Creo que es más políticamente correcto decir que se jubilarán viviendo del sudor del honrado pueblo español, ese sudor que los políticos convierten en champán y varios para celebrar sus juergas y enjuagar sus mamandurrias. Si estoy equivocado retiraré lo dicho.
ResponderEliminarUn español, un voto... y no hay más.
ResponderEliminarEl problema no es que Revilla haya gobernado dos legislaturas sin haber logrado los votos suficientes, que también, el problema es que no esté ya en la cárcel.
ResponderEliminarEl problema es que tenemos elección indirecta, y esto es un problema porque en el fondo no sabemos que estamos eligiendo. En la campaña parece que estas votando al presidente, pero en realidad no. No tiene sentido hacer elecciones al poder legislativo a doble vuelta, lo que pasa es que deberían hacerse elecciones al poder ejecutivo directamente y entonces si tiene sentido la doble vuelta.
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