Se cumplen 20 de tu asesinato a manos de la banda terrorista ETA y hoy los amigos de tus asesinos son los que gobiernan el ayuntamiento de tu querida San Sebastián gracias a "miserables" como Zapatero, Rubalcaba, Eguiguren etc., también a los que cumpliendo órdenes, o no, dejaron escapar a terroristas sanguinarios como De Juana Chaos o Josu Ternera entre otros. Gracias también a los autores del "chivatazo del Faisán", a los que llaman a Otegi "hombre de paz", y a todos los que se bajaron los pantalones, se reunieron y pactaron con los terroristas; al anterior Fiscal General del Estado, a los miembros "progres" del Tribunal Constitucional, y algunos miembros del partido por el que diste tu vida, que te han traicionado al igual que a todas las victimas del terrorismo.
Se les tenía que caer a todos la cara de vergüenza, si es que la han tenido vergüenza alguna vez en su puñetera vida.
Tu si fuiste un luchador por la libertad de tu pueblo y no la "basura infecta" de los terroristas de ETA y los que les apoyan, cobijan, defienden, financian o justifican.
Los españoles de bien nunca te olvidarán y mucho menos los que tuvimos el honor de conocerte. La sociedad española y muy especialmente la vasca siempre estará en deuda contigo y con todas las personas que como tu lucharon por una sociedad mas libre y mejor, aun sabiendo que les podía costar la vida.
Eras un hombre sencillo, honrado, campechano, trabajador, dialogante, amante de la libertad y un hombre de palabra. Por esa razón te asesinaron, porque las personas que son como tu molestan a los que únicamente tienen como argumento el "tiro en la nuca" o la bomba.
Nunca podré olvidar tus estancias en Santander, el cariño que siempre te demostraban mis paisanos cada vez que te reconocían cuando paseabas tranquilamente por cualquier calle de Santander, o la ovación que te dedicaban cada vez que aparecías en cualquier mitín para apoyar a tus compañeros, o en cada una de tus apariciones en la plaza de toros y, sobre todo, de una frase que me dijiste en la misma plaza que no olvidaré jamás: "Que suerte tenéis en Santander que podéis vivir en libertad. Espero que algún día, no muy lejano, pueda decir lo mismo de mi tierra".
Un abrazo para tus familiares, amigos y miembros de la Fundación que lleva tu nombre.
Descansa en paz amigo.
Siempre en el recuerdo.
Todos culpables, gracias, Carlos, por la semblanza que dejas de Gregorio, yo no le conocí, pero tus palabras me lo definen. ¿Por qué hombres así no pueden gobernar a esta España de nuestros dolores?
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