Sr. Casado, en Cantabria y vd. lo sabe, solamente hay un candidato capaz de ganar las elecciones con mayoría absoluta al bloque formado por el PRC, PSOE y Podemos y se llama Iñigo de la Serna. Si por cualquier motivo que desconozco no fuera posible, el cabeza de lista debería de ser Samuel Ruiz.
Presentar cualquier otro candidato es tanto como facilitar que Miguel Ángel Revilla consiga, por primera vez en su dilatada carrera política, ganar unas elecciones y también cargarse al Partido Popular de Cantabria de un plumazo. Personas tan importantes como mi amigo Ildefonso Calderón ya han anunciado que van a abandonar sus cargos en el partido al no estar de acuerdo con su decisión de pasarse por el forro la opinión de los militantes cántabros. No le quepa ni la menor duda de que detrás de Ildefonso irán otros muchos si vd. no es capaz de rectificar a tiempo.
No quiero ni pensar que los pactos en Andalucía hayan tenido algo que ver en la decisión de colocar como candidata a Ruth Beitia, es decir, a una candidata de segunda fila, en beneficio de Ciudadanos.
Ruth Beitia es diplomada en Fisioterapia, técnico en Actividades Físicas y Animación Deportiva, monitora de Atletismo y profesora de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, y además, está estudiando Psicología. Está preparada sobradamente para ejercer el cargo que ocupa en la actualidad como secretaria de Deportes en la Ejecutiva Nacional del Partido Popular y perfectamente podía ejercer como asesora del Ministerio de Cultura y Deportes o cualquier cargo similar, dada su dilatada experiencia en estos temas.
Flaco favor hace vd. con su decisión a todos los militantes y simpatizantes del Partido Popular de Cantabria, pero también a Ruth Beitia que ha sido una de las mejores deportistas de la historia de España, que es una bellísima persona, como lo puede corroborar cualquiera que tenga el placer de conocerla, como es mi caso, y que Vd. ha echado a los leones porque no está preparada políticamente para acceder al cargo y mucho menos en los tiempos que corren. No tiene facilidad de palabra ni mala leche como tampoco experiencia en cargos de responsabilidad. Jamás será una política de campo que pueda dar batalla y mucho menos ganar a profesionales de la política.
Cada cosa en su sitio y un sitio para cada cosa.
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