Se cumplen 21 años de tu vil asesinato a manos de la banda terrorista ETA y hoy los amigos de tus asesinos están en las instituciones gracias a "miserables" como Zapatero, Rubalcaba, Eguiguren etc., también a los que cumpliendo órdenes, o no, dejaron escapar a terroristas sanguinarios como De Juana Chaos o Josu Ternera entre otros. Gracias también a los autores del "chivatazo del Faisán", a los que llaman a Otegi "hombre de paz", y a todos los que se bajaron los pantalones, se reunieron y pactaron con los terroristas; al anterior Fiscal General del Estado, a los miembros "progres" del Tribunal Constitucional, y algunos miembros del partido por el que diste tu vida, que te han traicionado al igual que a todas las victimas del terrorismo.
Se les tenía que caer a todos la cara de vergüenza, si es que la han tenido vergüenza alguna vez en su puñetera vida.
Tu si fuiste un luchador por la libertad de tu pueblo y no la "basura infecta" de los terroristas de ETA y los que les apoyan, cobijan, defienden, financian o justifican.
Los españoles de bien nunca te olvidarán y mucho menos los que tuvimos el honor de conocerte. La sociedad española y muy especialmente la vasca siempre estará en deuda contigo y con todas las personas que como tu lucharon por una sociedad mas libre y mejor, aun sabiendo que les podía costar la vida.
Eras un hombre sencillo, honrado, campechano, trabajador, dialogante, amante de la libertad y un hombre de palabra. Por esa razón te asesinaron, porque las personas que son como tu molestan a los que únicamente tienen como argumento el "tiro en la nuca" o la bomba.
Nunca podré olvidar tus estancias en Santander, el cariño que siempre te demostraban mis paisanos cada vez que te reconocían cuando paseabas tranquilamente por cualquier calle de Santander, o la ovación que te dedicaban cada vez que aparecías en cualquier mitín para apoyar a tus compañeros, o en cada una de tus apariciones en la plaza de toros y, sobre todo, de una frase que me dijiste en la misma plaza que no olvidaré jamás: "Que suerte tenéis en Santander que podéis vivir en libertad. Espero que algún día, no muy lejano, pueda decir lo mismo de mi tierra".
Un abrazo para tus familiares, amigos y miembros de la Fundación que lleva tu nombre.
Descansa en paz amigo.
Siempre en el recuerdo.
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