Hoy quiero dedicar el mayor de los aplausos a todas las personas anónimas que han ayudado a socorrer a las víctimas del terrible accidente de Compostela. A las Fuerzas de Seguridad, Protección Civil, Bomberos, Voluntarios, Personal Sanitario etc. etc., y muy especialmente a todos aquellos que han donado su sangre.
Va por todos ellos.
En este esperpentico circo que montan los politicos cada vez que sucede algo, sea lo que fuere, los únicos que han estado a la altura de las circunstancias han sido los españoles los bomberos y el personal sanitario.
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