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sábado, 8 de mayo de 2010

Filosofemos un poco sobre la derecha

Excelente articulo de Javier Tellagorri en su Blog.
http://tellagorri.blogspot.com/

Entre 1996 y 2004, la derecha gobernante no quiso o no pudo combatir el problema de la degeneración progresiva de la razón, ya fuera en la educación, la cultura o el arte; quizá porque ella misma era ya parte y víctima de la decadencia intelectual.
En marzo de 2004 el PP se encontró con una opinión pública maleable, obsesionada por el apaciguamiento, sin convicciones cívicas ni responsabilidad histórica, con ganas de huir y escapar de la verdad.
Pocas veces como entre el 11 y el 14-M se ha mostrado con tal desvergüenza el escepticismo intelectual y el relativismo moral de nuestras sociedades; es el momento en que los terroristas ponen a sus víctimas contra sus defensores, obligándoles a elegir entre la vida o la libertad.
Se puso de manifiesto que España no quería ni conocer los hechos, ni explicarse la realidad, ni pensar en ella; eligió darle la espalda, huir, refugiarse en sí misma y dejarse hacer. Y esta crisis intelectual y moral cristalizó en la presidencia de Zapatero.
Con ZP el rechazo al razonamiento lógico (en economía, política exterior, educación) se unió al rechazo explícito de la moral, concebida como obstáculo conservador o religioso para la liberación y el progreso. La cosa le dio buenos frutos, y en 2008 revalidó un proyecto intelectual y moralmente nihilista.
Enfrente, la derecha contempló entre perpleja, fascinada e indignada la avalancha de unos sofisticados bárbaros, a los que temía y teme, pero de los que comenzó poco a poco a admirar su libertad y capacidad de acción al margen de los límites de lo racional y lo moral.
Ya tocada por el virus relativista, dio el siguiente paso en el año 2008: ¿por qué no hincarle el diente a la manzana que todo el mundo disfruta?, ¿por qué no aprovechar las ventajas que procura la falta de principios?.
Y esa derecha piensa que lo bueno es lo que permite ganar elecciones, por reprobable que sea; lo malo es lo que lo impida, por encomiable que sea. No generar rechazo, no asustar, no crispar se erigen en principios rectores por el mero hecho de que facilitan el no perder elecciones.
En asuntos relacionados con los ataques a la vida (aborto, eutanasia), la destrucción de la tradición nacional (laicismo, memoria histórica) o del entramado institucional de 1978 (estatutos de autonomía, independencia judicial), el impulso de la izquierda es pocas veces contrarrestado por la derecha mediática, que ha renunciado a ofrecer un proyecto alternativo al progresista. Salvo escasas excepciones , la derecha se encuentra hoy "siguiendo la senda de la izquierda".
¿Porqué?.
Porque a día de hoy, no existe un modelo social para la derecha liberal-conservadora que se oponga al izquierdista. La crisis económica ha mostrado que, más allá de la economía (y a veces tampoco en este punto), en cuestiones morales, cívicas o nacionales la derecha sigue sin constituir una alternativa al progresismo relativista, que sigue imponiendo su agenda política. Las más de las veces, la derecha se conforma con copiar comportamientos progre-sociatas.
¿Qué concepción del ser humano, de la religiosidad, de la moralidad tiene la derecha española? ¿Cómo interpreta el pasado y el mundo que nos rodea? ¿Cuál quiere que sea el futuro de nuestra sociedad? ¿Qué idea tiene de la nación española, de su génesis, de su evolución, de su papel en el mundo? Son éstas preguntas que, queramos o no, la derecha española aún tiene pendientes de contestar.
Conocemos bien la tergiversación sociata de la II República y la Guerra Civil: la primera era una democracia ejemplar, con una izquierda respetuosa e identificada con las instituciones, que cayó por culpa de un golpe fascista-militar; a la segunda siguió la represión de una dictadura terrible y criminal que sometió a los españoles hasta la muerte de Franco, en noviembre de 1975.
¿Tiene algo que decir al respecto la derecha? Tendría. Pero no lo dice porque no sabe qué contestar.
A todas luces (a cualquiera que piense con neuronas sanas), a la II República sólo podría sucederle un régimen totalitario: el de la izquierda unida y sovietizada del Frente Popular, o uno autoritario de derechas: el de los sublevados. La democracia parlamentaria, preferible sin ninguna duda a ambos, era entonces imposible.
La estructura social de la España franquista hizo posible una transición democrática que con una democracia popular a la soviética hubiese sido penosa, larga y difícil. La superioridad del régimen franquista sobre su alternativa frentepopulista se pone de manifiesto en la comparación con los países ex soviéticos: éstos salieron del comunismo en unas condiciones económicas, sociales e institucionales que aún lastran su desarrollo.
La cultura en sentido amplio, con UCD, AP y el PP dentro o fuera del Gobierno, fue escorándose más y más a la siniestra, y cuanto más trataba la derecha política de llegar a acuerdos, más desplazaba la izquierda el punto de consenso.
En cuestiones como la independencia de la justicia, la disgregación nacional, la intervención estatal o la educación, la derecha ha aceptado buena parte de los presupuestos progresistas: todo en nombre del consenso. Ha terminado por aceptar como bueno lo que desde un punto de vista liberal es inadmisible.
Basta con ver su inmovilidad en el Estatuto catalán, en la falta de independencia de los Jueces, en el desastre educativo, etc. etc.
Javier Tellagorri

4 comentarios:

  1. Excelente articulo Javier.
    Muchas gracias.
    Un abrazo.

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  2. Magnifico análisis. vive Dios.

    Pero, tenemos en España alguien que sea de derechas?.

    zETAp y Rajoy van cogiditos de la mano y asi va España.

    Será que tienen que callar los 2 por algun motivo que no me quiero acordar.

    NO HAY OPOSICION.

    Y si exigimos por activa y por pasiva la dimision de zETAp, no con menos ahinco debemos exigir la de Rajoy.

    Y mañana es tarde ya.

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  3. El análisis es muy bueno, en efecto.
    Pero voy a ejercer de cabroncete y:
    Hemos de recordar que la derecha española, desde siempre, es alérgica a los conceptos de educación, cultura, ideas, humanismo,...,porque piensa que si hace una buena gestión de lo público le será reconocido. Nadie sabe de donde saca esa conclusión porque nunca se han reconocido, en España, las buenas gestiones.
    Por otro lado, no existe esa derecha como tal, no hay una derecha homogenea como podemos comprobar desde la transición (no me remonto a tiempos de la II República, no hace falta) en la formación de la extinta UCD y luego en el PP, en donde las luchas entre partes siempre han dado como vencedores a los relativistas, quedando fuera los conservadores y sobre todo los liberales (los grandes odiados y desconocidos).
    Si esto lo añadimos a los expuesto en el artículo
    ¿Que podemos esperar de esta gente que conforma la derecha?. Lo mismo que de la izquierda, nihilismo, pobreza de espíritu y estabulación de la sociedad.

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